En la actualidad, en el Perú existe una educación basada en su ineficacia para constituir una generación de “sociedad de ciudadanos” y en donde solo se brindan materias o cursos acordes con una currícula educativa cuyo objetivo principal es preparar o pretender preparar a los jóvenes de hoy para un posible examen de admisión a una universidad. Digo posible, porque acabar la educación secundaria para muchos jóvenes y adolescentes, es de por sí ya un logro, dada las dificultades económicas y sociales por las que atravesamos, y lo más lamentable, aquellos que logran acabar la secundaria y deciden postular ya sea a una universidad estatal o una universidad privada de prestigio, chocan contra una cruda realidad: la educación que recibieron en sus colegios no les sirve de mucho, por no decir nada, para lograr una admisión directa a un centro de educación superio.
Cuando me refiero a “sociedad de ciudadanos”, hago referencia a personas en este caso jóvenes y adolescentes capaces de contribuir mediante su conocimiento y futuro aprendizaje continuo al desarrollo de nuestras sociedades y al progreso de nuestra nación. A la formación de una nueva generación de lideres, con iniciativa y responsables por su propio destino, conscientes que el mundo experimenta una serie de cambios continuos principalmente en materia de conocimientos que exigen eficiencia, competitividad y alta exigencia para salir del subdesarrollo y la pobreza colectiva en el cual nos encontramos.
Obviamente el alumno sólo no podrá conseguir todo lo que se espera de él, esto requiere de un apoyo de las principales autoridades educativas a iniciativa del estado en calidad académica e infraestructura, así como asistencia en programas sociales a los sectores menos favorecidos de nuestra sociedad como por ejemplo alimentación, aunado a un programa de capacitación constante a maestros y un mayor presupuesto destinado al sector educación.